Entrevista en Cronica 16
PACO FUERTES / DIRECTOR TEATRAL LEONÉS
"El público nunca es tonto"
El leonés estrena dos montajes, uno de Jardiel y un homenaje a los cómicos.
EL DIRECTOR TEATRAL LEONÉS, PACO FUERTES.
L. CASTELLANOS: León.
El director leonés de teatro , Paco Fuertes ha hecho coincidir en el tiempo el estreno de dos montajes que llevan su rúbrica: “El amor del perro y el gato”, una comedia breve de Enrique Jardiel Poncela, una de las menos difundida de este autor y ahora recuperada por la compañía madrileña “Distrito/20”, “Cristobalito y Ludovina y sus farsas de hierbas finas”, homenaje al hacer de los cómicos de la legua a cargo del “Teatro del Péndulo”. “Para involucrarme en un proyecto es importante que me convenzan la producción y la pretensión”.
"Abordar a Jardiel Poncela siempre resulta complicado y arriesgado", asegura el leonés, afincado en Madrid desde hace años. "Su humor resulta ácido y tremendo. Creo que es el mejor autor de comedias de este siglo". Se confiesa devoto del escritor madrileño y amante sin concesiones de toda su producción teatral. "Hacer una obra, me crea un montón de responsabilidades; hacer una obra suya, las multiplica por mil". Paco Fuertes, que compatibiliza su labor como director y coreógrafo
"Me hago unas críticas feroces. Sería estúpido, tapar las cosas y engañarme a mí mismo".
"Tenemos que recuperar el sentido del riesgo, evitar determinado tipo de funcionariado teatral".
"El teatro leonés debe erradicar ciertas dosis de envidia, vivir su realidad, tener los pies en el suelo".
Con la de docente y gestor de la compañía “Distrito/20”, se sumerge siempre en su oficio con especial ahínco y afán. "El público no tiene la culpa de que las cosas salgan mal. Sólo yo, como director, he de asumir los errores y los fallos de nuestros montajes. Quizás, la labor de un director reside precisamente en procurar que, aun estando siempre presente, no se note".
El director leonés ha cultivado siempre el sentido de la autocrítica para motivar y enriquecer su tarea. "Me hago unas críticas feroces. Trato de ser siempre consciente de todo lo que acontece en una representación, tanto lo bueno como lo malo. Sería estúpido por mi parte tapar las cosas y engañarme a mí mismo. La crítica negativa, siempre que sea constructiva, es mejor que la positiva".
Reconoce Paco Fuertes que la política de subvenciones condicionan un tanto el devenir de cualquier compañía de teatro. Considera importantes estas ayudas, pero también está seguro que no resultan imprescindibles. "Tenemos que recuperar el sentido del riesgo. Hay que evitar determinado tipo de funcionariado teatral".
Profesa al público enorme respeto, "es el juez supremo" y reivindica un tipo de teatro nada distante de aquel. "Nosotros aprendemos de nuestros errores y de los espectadores, si el teatro se hace para el público y éste ha de ser soberano y marcar la verdadera diferencia. El público nunca es tonto".
A pesar de los problemas que encontró Paco Fuertes a su paso por la Escuela de Arte Dramático de León, el director mantiene su oferta de colaboración con el teatro de esta ciudad, cuyo primer paso ha sido "Cristobalito y Ludovina". "Estoy a disposición de aquel que quiera hacer cosas y desee contar conmigo". Aboga por un pronto entendimiento entre las gentes que integran el teatro provincial y erradique de una vez por todas "ciertas dosis de envidia". "Debe vivir la realidad y tener los pies en la tierra", concluye. "La Escuela de Arte Dramático ha de seguir adelante, desde luego, pero siendo consciente de la realidad que vive".
Unas frases muy similares a las que pronunciaba hace unos días otro hombre de teatro leonés afincado en Madrid, el dramaturgo Fermín Cabal, quien también se extrañaba del escaso eco que suelen tener sus ofertas de colaboración con el teatro de esta provincia.
"A disposición del teatro leonés".